La mezcla de géneros aparentemente distantes y una marcada personalidad son dos de los factores que unen a estas dos mujeres jóvenes y sobradas de talento y arrojo para hacer propio cualquier estilo: la malagueña María Peláe y la catalana Rita Payés.
La tradición, la modernidad, la fiesta y el descaro. Todo en la misma persona. A la malagueña María Peláez, conocida como María Peláe en el mundo de la música, nada le da miedo. Ni concursar en “Tu cara me suena” ni presentarse al Benidorm Fest. Ni mezclar el flamenco con el pop electrónico o la canción melódica. Ha dado buena cuenta de ellos en sus tres álbumes: “Hipocondría” (2017), “La folcrónica” (2022) o “Al baño María” (2023), este último con las colaboraciones de Pastora Soler, Vanesa Martín, Las Niñas o NIA. Sin contar el disco temático “Navidad flamenca a lo Peláe” (2024) y, por supuesto, su flamante e iconoclasta nuevo trabajo, "El evangelio" (2025).
La catalana Rita Payés nos regaló con “Como la piel” (2021) un embriagador tratado de jazz, bolero y bossa nova, vehiculado en castellano, catalán y portugués. Lo pulió junto a su madre, la guitarrista Elisabeth Roma. Era la confirmación del talento de una veinteañera cuyas canciones rezuman duende, honestidad, clase y pasión. Una artista que debería acabar jugando en la misma liga que Sílvia Pérez Cruz, Rocío Márquez, Maria Arnal o Andrea Motis, por citar solo a cuatro mujeres que trazan un recorrido similar por algunos de los palos más venerables de nuestra música popular. Trombonista dotada para el jazz, ha acabado demostrando que su abanico de intereses es mucho más amplio, y que los elogios que le dedicó C. Tangana (confesó que su música le influyó para componer “Comerte entera”) estaban más que justificados. Su último álbum, “De Camino al Camino” (2024), es su primera publicación exclusivamente compuesta de composiciones propias, amalgama de estilos e influencias personales.