El Brasil – Argentina, o el Argentina – Brasil, siempre ha sido un clásico en la historia de los mundiales y las copas América de fútbol: dos formas de entender la vida, enfrentadas en una rivalidad irreconciliable. Es mucho más lo que tienen en común en la música: a Seu Jorge y El Kuelgue les hermana su voraz capacidad para fagocitar estilos en fórmulas reconocibles. Desde la bossa o la samba hasta el r’n’b o el soul.
Beck y David Bowie le alabaron. Wes Anderson le encargó poner música a una de sus mejores películas. Coldplay y U2 lo han sacado al escenario en momentos puntuales de sus mastodónticos conciertos. Gilberto Gil, Jorge Ben Jor o Milton Nascimento bien pueden considerarlo uno de sus mejores herederos. Todo en la carrera del músico, compositor y actor Jorge Mário da Silva – nombre real de Seu Jorge – apunta a la grandeza del mejor pop brasileño: el que se nutre de la samba, el soul y el r&b para destilar un combinado irresistible, rebosante de genio y personalidad, cifrado en ocho álbumes en solitario. Uno de los nombres imprescindibles de la música carioca.
El funk, el jazz, el rock, la bossa nova, el tango, el reggae y el candombe tiene un punto de cita en la elegante propuesta de El Kuelgue, el sexteto bonaerense que acaba de cumplir veinte años en activo. Julián Kartún a la voz, Santiago Martínez a los teclados, Juan Martín Mojoli al bajo, Benjamín López Barrios a la guitarra, Pablo Vidal al saxo y Tomás Baillie a la batería integran su formación, influida por nombres históricos como Illya Kuryaki and the Valderramas.