Música genuina, marcada por latitudes diversas, es la que nos ofrecen Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral en una fascinante alianza conjunta y el artista brasileño Rogê
Ella es una de las voces más impresionantes de nuestro panorama artístico. Una mujer cuyo talento se ha impuesto sobre todo lo que ha tocado, ya fuera flamenco, folk, jazz, bossa, bolero o ranchera, en una discografía imponente. Él es uno de los artistas más singulares de la península, inverosímil ganador de Eurovisión hace unos años merced a una propuesta intimista que bebe – sobre todo – del jazz, pero también del pop y del folk. Ambos habían trabajado ya juntos, pero ahora se alían en un álbum conjunto que es una de las mejores noticias de 2005, en el que abordan canciones escritas por Jorge Drexler, Luísa Sobral o Lau Noah.
Si se puede hablar en los últimos tiempos de un resurgir de la MPB (música popular brasileña: etiqueta que servía para englobar el trabajo de referentes como Gal Costa, Adriana Calcanhotto o Emilio Santiago), es obligatorio mencionar al compositor y músico Rogê, todo un maestro en el arte de fundir el funk brasileño con la samba, el reggae y el soul, entre otras finas hierbas. Una buena muestra de ello es el que es hasta ahora su último álbum, “Curyman” (2023), un despliegue de groove y sensualidad, influido por su mudanza a Los Ángeles en 2019, marcado por colaboraciones como la del legendario Arthur Verocai, nominado a un Grammy Latino y galardonado con los Premios de la Música Brasileña, Rogê cuenta con ocho álbumes de estudio y colaboraciones con Arlindo Cruz, Seu Jorge o Jack Johnson.