El rock sureño y la psicodelia hermanan al norteamericano Marcus King y los neerlandeses DeWolff. El primero, con un extra de jazz y de soul. Los segundos, con un añadido de blues y hard rock. Ambos prometen entrega y ardor.
Que nadie se equivoque: lo de Marcus King no es rock sureño. O sí, pero también mucho más. Se educó escuchando a los Allman Brothers, B.B. King, Albert King, Waylon Jennings o Merle Haggard. Pero también estudió jazz en el Arts Center de su ciudad, Greenville (Carolina del Sur), y se ha ganado a pulso que sus colegas digan que hace “rock sureño influenciado por el soul y la psicodelia”. Este joven de 29 años es mucho más que un reanimador de un legado venerable, y así lo reconocieron los Grammy cuando nominaron “El Dorado” (2020), su cuarto disco, a mejor álbum de “americana”. Su último trabajo es el sobresaliente “Mood swings” (2024).
¿Recuerdan al Señor Lobo? Sí, aquel personaje de la película “Pulp Fiction” (Quentin Tarantino, 1994), interpretado por Harvey Keitel, que lo resolvía absolutamente todo… pues eso son DeWolff. Tomaron su nombre de aquel personaje, y lo cierto es que son perfectamente capaces de resolverte la mejor de las noches con su arrolladora simbiosis de hard rock, psicodelia y blues rock. Formados en los Países Bajos en 2007 por el batería Luka van de Poel, el guitarrista y cantante Pablo van de Poel y el teclista Robin Piso y tremendamente prolíficos (más de una decena de álbumes: el último, “Muscle Shoals”, de 2024, es un buen punto de partida), son un auténtico huracán en directo.